Ayün Küyen

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viernes, 10 de octubre de 2014

Determinando nuestro ciclo fértil

Para evitar el embarazo hay que calcular los días aproximados
de la ovulación, que son los días fértiles. La ovulación se
produce unos catorce o quince días antes de la regla. Entre la
ovulación y la menstruación es la fase luteal que suele ser
constante, estos 15 días, mientras que la fase folicular (periodo
entre la menstruación y la ovulación) es más variable. Para un
ciclo de 35 días, la ovulación comenzaría en el día 22 de ciclo
aproximadamente.

A la par que se aproxima la ovulación, la química del cuerpo
cambia, el cervix se abre y emanan fluidos fértiles que permiten
al esperma sobrevivir en la vagina y entrar al útero. Una vez
dentro puede sobrevivir de 3 a 5 días, en algunos casos hasta 7
días. Así que si están sanos y las condiciones son buenas, hay
posibilidades de que viva una semana dentro del útero. Una vez
liberado el óvulo puede ser fecundado en las siguientes 24 horas,
algunas fuentes hablan de 36 horas. Después comienza a
deteriorarse y deja de ser posible su fecundación. Ya que el
esperma puede sobrevivir una semana, es importante prevenir su
entrada en la vagina especialmente antes o durante la ovulación.
En los días no fértiles, el medio ambiente ácido de la vagina no
permite que los espermatozoides sobrevivan más de 3 a 7 horas.
Tener clara tu ovulación, es la parte más compleja. El día del
ciclo en el que el óvulo es liberado puede variar de ciclo a
ciclo, puede estar influenciado por factores externos como
enfermedad, cambio de peso o de estilo de vida o excesiva
preocupación por estar embarazada... Lo ideal es que aprendas a
ser capaz de reconocer las señales de tu fertilidad. Hay tres
señales corporales claves: la secreción de flujo, la temperatura
del cuerpo y los cambios cervicales. Las tres señales de
fertilidad son simples de observar y registrar y no requieren de
nosotras más que de unos minutos al día.

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